Este espacio lo voy a dedicar a varios atletas de mi grupo de entrenamiento que desafortunadamente están en el “dique seco” por lesiones deportivas.
¿Quién no se ha lesionado alguna vez? Todo deportista adulto que haya puesto su cuerpo a intensidades o volúmenes altos ha recaído en algún tipo de lesión que le ha apartado de los entrenamientos en días, meses o incluso años.
Pero ¿cuál es el problema cuando la lesión nos llega sin apenas entrenar? Hay personas, sobre todo en los más jóvenes, que el cambio de su cuerpo es el causante de factores que intervienen en la lesión. Si a eso le unimos una lesión mal curada, eso hará que sigamos sumando o arrastrando molestias en un presente.
Lo primero tenemos que evaluar el tipo de lesión con un profesional, un doctor deportivo, él nos hará todas las pruebas para intentar dar con el problema. Posteriormente el médico deportivo nos indicará el tipo de lesión que tenemos y la manera que tenemos de poner nuestro cuerpo al 100%, nos enviará a un especialista en la materia, el Fisioterapeuta.
Este profesional pondrá todos los medios para solucionar el problema físico en el que estamos pero no nos olvidemos, un gran fisioterapeuta deportivo hará la función de psicólogo a la vez que nos está curando la lesión.
La mente juega un papel importante en el periodo donde estamos lesionados, el entrenador al igual que el fisioterapeuta tendremos que hacer la función de psicólogo, el atleta está en un momento mental flojo al ver que no puede disfrutar de lo que verdaderamente le gusta, hacer deporte.
Hay veces, como es mi caso, que tenemos muchos atletas en el grupo y se nos olvida hacer esa gran labor de ayuda psicológica al atleta. Hay que motivarle, hablar con él o ella para ver cómo va la recuperación, en el caso de mis atletas, algunos vienen a la pista a realizar distintos ejercicios en los cuales no intervienen los grupos musculares dañados y es ahí cuando aprovecho para poder hablar con ellos.
¿Y qué pasa cuando termina la rehabilitación y sigue sin poder entrenar? Lo normal es que el atleta cuando termine las distintas sesiones de rehabilitación esté listo/a para poder afrontar los entrenamientos de nuevo. En mi corta experiencia como entrenador no se me ha dado el caso de que un atleta no se recupere de la lesión, pero en mi larga vida deportiva como atleta he visto como compañeros míos tiraban la toalla, eso sí, estaban en una edad que sabían perfectamente que no se podrían recuperar para estar en la alta competición y sería una pérdida de tiempo. Estamos hablando de atletas en categoría senior y que le quedaban un par de años de vida deportiva en la alta competición.
En atletas jóvenes la toalla nunca se tira, hay que afrontar las lesiones como tropiezos para levantarse con más fuerza y poder afrontar nuestros objetivos con una mentalidad luchadora y ganadora. Es el caso de Carolina, atleta que lleva conmigo desde los 6 años, hoy tiene 16 y con este son dos años que sale de una lesión y se mete en otra.
EJEMPLO DE LUCHADORA. Carolina es el ejemplo claro de una persona luchadora, aun sabiendo que no podrá competir por la lesión está a pie del cañón con sus compañeros y compañeras de entrenamiento, va a las competiciones a animarles, baja a ver a sus compañeros en los entrenamientos, intenta hacer ejercicios que no tengan implicación con el grupo muscular lesionado, y siempre con UNA GRAN SONRISA en la cara.
Por ese motivo ella conseguirá lo que se proponga en la vida, porque siendo tan joven está luchando por un objetivo, volver a entrenar y competir.
Ahora os pongo en la situación, trasladar ese esfuerzo que hace Carolina a vuestras vidas, en los estudios, en el trabajo, en el día a día, ¿tiraríais la toalla? O ¿haríais como nuestra luchadora Carolina? Yo lo tengo claro, seguiría el ejemplo de ella, una atleta tan joven pero con un espíritu de sacrificio inmenso.
Yo soy de Carolina, ¿Y tú? ;-)
Un perdedor no es aquel que no ha conseguido algo luchando, un perdedor es el que no lo intenta, no se atreve y que se da por vencido y se retira. A veces la fortuna nos sonríe, y David acaba con Goliat, pero en la mayoría de las ocasiones, nos enfrentamos a batallas que sabemos perdidas de antemano, y aún así lo hacemos, eso es, en definitiva, lo que señala a los verdaderos campeones.
Las mejores cosas de esta vida son las que más cuesta conseguir.